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Las operadoras marroquíes suplantan a las españolas en el sur de Cádiz

IAM y Medi Telecom invaden zonas de Tarifa, Bolonia o La Línea. Los usuarios pagan como si estuviesen en el extranjero cuando hablan desde territorio nacional. Mohamed VI tiene el 30% de participación en IAM.

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Las ondas electromagnéticas de IAM y Meditel suplantan los operadores españoles.
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En la localidad gaditana de Tarifa y en alguna de sus playas, como Punta Paloma o Bolonia, es habitual que los móviles cambien de la operadora española contratada y se conecten a las empresas de telefonía de Marruecos, sobre todo a IAM y Medi Telecom, las dos más importantes del país norteafricano.

Las empresas del reino vecino, que ya de por sí cuentan entre ambas con 26 millones de clientes, invaden el terreno español gracias a la gran potencia de sus ondas electromagnéticas, con el perjuicio que eso supone para los usuarios, que ven incrementadas de manera brutal sus facturas.

IAM forma parte del grupo Maroc Telecom, el más importante del territorio alauí, y tiene 16 millones de usuarios. El 30 % de las acciones pertenece al reino de Marruecos, el 53% a Vivendi y el resto a pequeños accionistas. Durante el primer semestre de 2010 ha facturado 816,7 millones de euros.

Abdeslam Ahizoune es el presidente del grupo IAM (Maroc Telecom) y también forma parte de la cúpula de Vivendi. Por su parte, Medi Telecom está formada por dos grandes grupos financieros locales: FinanceCom y La Caisse de Dépôt de Gestión. A finales de 2009 tenía 9,5 millones de clientes y su rentabilidad al acabar ese ejercicio fue de 450 millones de euros.

Hasta el 31 agosto de 2009 Telefónica tenía el 32,18% de la compañía marroquí Medi, la segunda del país. La empresa de César Alierta vendió esta participación, que pasó a socios marroquíes de Meditel por 400 millones de euros.

Medi Telecom se puso en marcha en 1999 gracias a Telefónica y a Portugal Telecom. Pasados 10 años las dos compañías abandonaron el mercado marroquí. El presidente desde 1998 es Mohamed Elmandjra.

Consumidores

José Carlos Cutiño, secretario de Relaciones Institucionales de la Unión de Consumidores de España en Andalucía (UCE) conocía el problema: “Yo lo he vivido en Ayamonte (Huelva), donde mi móvil cambió a una compañía portuguesa y conozco el problema de Cádiz con las empresas de Marruecos. En estos casos, el usuario debe luchar por que se cumpla su contrato. Si firmó con su compañía que las llamadas desde territorio nacional tienen un precio, a eso es a lo que tiene que agarrarse. Las operadoras, por problemas técnicos, pueden provocar perjuicios a sus clientes, pero éstos no deben pagar por ellos. Si un usuario acredita que las llamadas las hace desde España, no le pueden cobrar como si las hiciese desde fuera”.

Cutiño recomienda a los afectados que “presenten una reclamación por escrito a la compañía. Si no le hacen caso, que presente una demanda ante la Junta Arbitral de Consumo, que tramitará una sentencia extrajudicial que tiene los mismos efectos que una judicial. Para que prospere habrá que valorar los elementos de prueba. Otra opción sería denunciar ante la secretaría de Estado de Telecomunicaciones, que es responsable última de que las operadoras españolas pierdan su cobertura”.

Operadoras

Este periódico se ha puesto en contacto con las principales empresas españolas del sector para que expliquen en qué medida les afecta la invasión marroquí de su legítimo espacio de operaciones.

Un interlocutor de Vodafone analiza el problema: “Sabemos que esto ocurre y a nivel de trato con el cliente, en esa zona será distinto. Lo que es evidente es que cuando a un consumidor se le cobran las llamadas desde territorio español como si fuesen desde un país extranjero es un fraude”. “En Vodafone utilizamos mecánicas preventivas y cuando salta el roaming, al cliente se le avisa con un sms y se le dice el coste del servicio. Queremos que nuestros abonados sean conscientes de que desde ese momento los precios cambian. Hemos consultado con Vodafone en Cádiz y nos han comentado que hay casos puntuales, pero que no es una cosa mayoritaria entre nuestro público. No obstante, estudiaremos cada caso de los afectados para buscar soluciones, porque no es de recibo que un usuario tenga que abonar cifras escandalosas sin tener por qué hacerlo”, rematan desde Vodafone.

El área de comunicación de Telefónica en Andalucía comenta a este periódico que “el problema lo solucionamos hace cuatro años poniendo unos repetidores con potencia en esa zona. Antes sí que pasaba, pero ahora, salvo que haya alguna avería en dichos repetidores, no tenemos constancia de que ocurra”.

Desde el gabinete de prensa de Orange son conocedores del asunto y ven complicada la solución: “Se trata de un problema que afecta a todas las operadoras y en las zonas fronterizas es ocasional que algunos aparatos reciban más potencia de un operador extranjero que del suyo propio”. “Para que el ciudadano sea consciente de que ha cambiado de operador, cuando se encuentra en una red extranjera recibe un sms indicándole dónde está conectado. Así está sobre aviso siempre”, concluyen desde Orange.

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